Puntos de Inflexión en Detalle | Corrientes Oceánicas (Ep 2/3)
La naturaleza puede imaginarse como un cuerpo humano. Es un sistema arbitrariamente complejo: todo está interconectado y en constante intercambio. Si una variable se desequilibra, todo el sistema puede colapsar. Lo mismo ocurre con nuestros océanos, el mayor ecosistema que cubre más del 70 % de nuestro planeta.
Las corrientes oceánicas configuran la forma de los océanos del mundo y son impulsadas por el viento, las diferencias de salinidad, las mareas y las diferencias de temperatura. Las corrientes tienen una fuerte influencia en el clima de nuestro planeta.
En el Atlántico, por ejemplo, la corriente del Golfo transporta el agua superficial tropicalmente cálida hacia el norte. Es la razón por la que podemos disfrutar de veranos cálidos e inviernos suaves en Europa. Más al norte, la corriente se enfría cada vez más y la salinidad aumenta. El agua se vuelve tan pesada que choca contra Groenlandia e inicia su viaje de regreso a zonas más templadas.
Los efectos del cambio climático en los océanos del mundo y sus corrientes son tangibles. Desde hace décadas, los océanos del mundo se calientan cada vez más y, por tanto, también tienen una inmensa influencia en las corrientes oceánicas. Debido al calentamiento de los océanos, las corrientes marinas son cada vez más débiles y se produce un cambio en el clima. Cuando la corriente del Golfo se seca, Europa se enfría considerablemente y el nivel del mar sube frente a Norteamérica. Millones de personas en las zonas costeras pierden su medio de vida, y en el centro y norte de Europa, la agricultura y la ganadería se convierten en un reto.
¿Dónde estamos hoy? Afortunadamente, este punto de inflexión aún no se ha superado, y el motor de los océanos sigue funcionando. Sin embargo, las corrientes oceánicas ya no fluyen con la misma fiabilidad que antes, y la Corriente del Golfo se ha ralentizado aproximadamente un 15 % en los últimos 70 años.
Un cambio continuo en las temperaturas de nuestros océanos de sólo unos pocos grados puede desencadenar una reacción en cadena, cuyos efectos apenas podemos cuantificar hoy.
Más información sobre los puntos de inflexión aquí